OPINIÓN
Explorando la prensa y la televisión me ha dado cuenta de la falta de análisis y seguimiento de la información. Noticias pobres, basadas en responder sigilosamente a las cinco w, acortando datos, obviando fuentes, con el afán de cumplir un número de caracteres o unos minutos de transmisión.
Por esta razón, periodistas se basan en contar historias de la mano de instituciones o fuentes oficiales; la gente del común, la contraparte, aquella esencial para hacer una crónica o un reportaje bien concienzudo se ha quedado en el olvido.
Por esta razón, periodistas se basan en contar historias de la mano de instituciones o fuentes oficiales; la gente del común, la contraparte, aquella esencial para hacer una crónica o un reportaje bien concienzudo se ha quedado en el olvido.
La vida al ritmo de la tecnología
Los relatos llenos de datos, cifras y testimonios quedaron relegados en los libros. La gente esta viviendo una vida tan acelerada que los medios se están adaptando a ese ritmo, el de la tecnología; lo corto, lo Light, lo simple, en resumidas cuentas las malas noticias.
La rapidez en la que se mueve la sociedad de hoy en día esta obligando a periodistas a resumir su noticia a un titular, una frase que da cuenta de lo simple, lo que pasó, pero lo demás qué; definitivamente un cúmulo de palabras deshumanizadas completamente.
El reto del comunicador
El reto de los comunicadores sociales atañe en saber elegir qué contar y saberlo investigar y argumentar. No quedarse con las fuentes oficiales, los informes diarios de la Alcaldía o la Gobernación. La sociedad necesita un periodismo de calle que reúna varias fuentes y explore todos los matices para tener como resultado un buen escrito. Si se tiene un espacio de cinco mil caracteres, dos párrafos o cinco minutos, que el ciudadano quede bien informado.


No hay comentarios:
Publicar un comentario