CRÓNICA
Para los aspirantes a patrulleros el tener un noviazgo amerita ceñirse a las reglas de la Escuela Policial Carlos E. Restrepo. No visitas, no celulares, no correo electrónico, no chat. Única opción: el teléfono público o las cartas. Por ello, desde el pasado 15 de enero de 2009, al sonar la trompeta para salir al descanso, la cafetería es ovacionada por 188 hombres y 462 mujeres, entre dieciocho y veinticuatro años de edad. Para comunicarse con alguien se cuenta con cuatro minutos. 
- Aló, hola amor, cómo estás - dice Gonzalo con el corazón agitado luego de una larga espera.
- hooolllaaa mi amor muy bien. Oye, te extraño, te quiero. Cómo vas, qué tal la alimentación.
- Pues, me como todo para tener bastante energía. Me haces falta. ¿Has salido a rumbear?
- Sí; con los de siempre, tú sabes, nuestros amigos. No te desanimes sigue adelante, yo te espero.
- Mi amor teeeeee quiiiiirrrooo muchísimo. Hablamos luego- se despide Gonzalo con la esperanza de volver a escuchar su voz al día siguiente a la misma hora, diez y treinta de la mañana.
Tiempo invertido en segundos de felicidad; y olvido, de las la disciplina y obligaciones al interior de la Escuela Policial Carlos E. Restrepo, ubicada en el municipio de La Estrella.
Mirada psicológica 
Luis Felipe Vahos, psicólogo de la Universidad de Antioquia opina que “éstos estudiantes son conscientes al tipo de renuncias a las que se enfrentan mucho antes de ingresar. Jóvenes sometidos durante nueve meses a diferentes exámenes médicos y psicológicos donde se les mide el grado de compromiso con los extenuantes días académicos, que van desde las cuatro de la mañana hasta las siete de la noche.
Negación al noviazgo
Ante esta larga jornada académica, una gran mayoría, sobretodo mujeres, optan por renunciar al noviazgo. Descansos cortos, un cúmulo de tareas por cumplir, sumado a la disciplina y el agotamiento diario, no dan espacio para ocupar la cabeza en nada más. El mantener viva la llama de una relación requiere de constante contacto físico y verbal. El hombre es un ser de estímulo respuesta, en la medida que da me recibe.
El manejo de una escuela policial mixta 
- Aló, hola amor, cómo estás - dice Gonzalo con el corazón agitado luego de una larga espera.
- hooolllaaa mi amor muy bien. Oye, te extraño, te quiero. Cómo vas, qué tal la alimentación.
- Pues, me como todo para tener bastante energía. Me haces falta. ¿Has salido a rumbear?
- Sí; con los de siempre, tú sabes, nuestros amigos. No te desanimes sigue adelante, yo te espero.
- Mi amor teeeeee quiiiiirrrooo muchísimo. Hablamos luego- se despide Gonzalo con la esperanza de volver a escuchar su voz al día siguiente a la misma hora, diez y treinta de la mañana.
Tiempo invertido en segundos de felicidad; y olvido, de las la disciplina y obligaciones al interior de la Escuela Policial Carlos E. Restrepo, ubicada en el municipio de La Estrella.
Mirada psicológica
Luis Felipe Vahos, psicólogo de la Universidad de Antioquia opina que “éstos estudiantes son conscientes al tipo de renuncias a las que se enfrentan mucho antes de ingresar. Jóvenes sometidos durante nueve meses a diferentes exámenes médicos y psicológicos donde se les mide el grado de compromiso con los extenuantes días académicos, que van desde las cuatro de la mañana hasta las siete de la noche.
Negación al noviazgo
Ante esta larga jornada académica, una gran mayoría, sobretodo mujeres, optan por renunciar al noviazgo. Descansos cortos, un cúmulo de tareas por cumplir, sumado a la disciplina y el agotamiento diario, no dan espacio para ocupar la cabeza en nada más. El mantener viva la llama de una relación requiere de constante contacto físico y verbal. El hombre es un ser de estímulo respuesta, en la medida que da me recibe.
El manejo de una escuela policial mixta
Al tratarse de una institución mixta, y con el objetivo de establecer tanto control social como académico, existen los llamados Mandos de Vigilancia. Sujetos camuflados en lugares estratégicos, ocupándose de impartir disciplina, orden, tolerancia y lealtad. Las relaciones amorosas entre estudiantes son motivo de expulsión, el enfrentarse con la rutina diaria del año teórico-práctico requiere total dedicación, no vale distraerse. Acá se viene es a estudiar, nada de amores.


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